No pudo ser. Pero la derrota nos deja un gran sabor de boca. El equipo del Ciudad Ros Casares demostró el nombre que le avala mostrándose como un rodillo, asfixiante en defensa y dominante en ataque, sobretodo aprovechando el espectacular físico para el baloncesto de sus jugadoras.

La sensación fue de que se hizo lo que se pudo y se luchó hasta el final, y que en la pista se dejó el poquito físico que todavía quedaba sano a estas alturas. Fue, sobretodo, la copa de subcampeón devolvió la sonrisa a la cara de las jugadoras. La copa que significa mucho más que un simple trofeo, ya que representa el largo, difícil, pero a la vez divertido y satisfactorio camino que les ha hecho estar donde se han merecido.

Durante la semana, colgaremos más información sobre la final, así como las fotos, vídeo y todo lo relativo al partido (y a la temporada).

¡ENHORABUENA CAMPEONAS!